miércoles, 4 de julio de 2018

Un espacio, un tiempo

Mi primer contacto con el tenis no fue un contacto en sí. Fue una manera de ver la realidad de manera diferente a como la había visto hasta ese momento. Espacio-Tiempo.

Lo que ocurrió en ese contacto, cambió mi relación con el espacio y el tiempo. Espacio-Tiempo.

Fue un momento épico, un espacio épico. Unidos sin saber porqué. Espacio-Tiempo.

Hoy he vuelto a ver un partido de Roger Federer. Espacio-Tiempo.

Diría que fue un momento épico en un espacio épico.

No se como plasmar en palabras lo que he visto viendo jugar al tenis a este hombre.

Diría que es la épica siendo consciente de si misma.
Diría que es el momento siendo el momento.
Diría que es lo contrario a lo épico.
Diría que es una brisa perdida en una ola de calor.

Y digo nada.

Confianza en la hierba. 
Confianza en el tiempo.
Confianza en el espacio.
Ser sin más.

Golpe tras golpe.

Roger




viernes, 1 de junio de 2018

Borg - McEnroe

El juego interior del tenis. En este blog comenté algo sobre el libro con ese tíulo que un día me encontró en la biblioteca del INEF en Madrid. Hace tiempo de eso, unos 10 u 11 años creo recordar. Ayer me ocurrió lo mismo con la película Borg-McEnroe.

Tenía noticias de su estreno en octubre del año pasado, pero por razones que desconozco, se ha estrenado estos días, creo. Ayer supe que estaba en cartel y tres horas después de conocer la noticia, estaba sentado en la butaca del cine observando anuncios que cada día me parecen más de Disney y esperando con expectación el comienzo de la película.

Pensando ahora la forma en como la película apareció en mi vida, me lleva al recuerdo de otro libro, El mundo de Sofía. Un personaje del libro le decía a Sofía que para ser filósofo hay que dejarse soprender por cada hecho de la vida como si fuese la primera vez que ocurre. Viene a ser como la mirada del principiante de la que habla Jon Kabat-Zinn cuando describe las 7 actitudes del "meditador". El conejo salió de la chistera.

Las dos últimas películas que he visto abordan en el fondo lo mismo: la ansiedad, el stress, la tensión. Y esas películas parecen tan diferentes como iguales. Diferentes en la forma, iguales en el fondo. Las dos comienzan con una escena de alta tensión, las dos acaban con escenas donde se libera esa tensión. Tensión-relajación-tensión-relajación...ha comenzado el partido.

No hay dos partidos de tenis iguales. Quizás esa es una de las cosas que me enganchó de este apasionante deporte. Como en la vida, no hay dos momentos iguales. De hecho la película comienza con una cita de otro tenista, André Aggasi, que quizás está sacado de su libro autobiográfico Open, en la que compara un partido de tenis a un reflejo del aquí y el ahora, al momento, a la vida.

Y la vida se manifiesta en el partido que se juega. Se manifiesta de dos maneras aparentemente opuestas, control frente agresividad, aunque en el fondo el hilo energético conductor es el mismo, el miedo. Miedo a la incertidumbre, miedo a perder, miedo al miedo. Uno lo observa y decide, otro reacciona y se lo quita de encima.

¿Quien gana? El resultado lo teneis en la película.

Lo que yo gané fueron bonitos momentos de tensión y relajación, los que me sigue regalando el tenis.

¿O debería decir "el aquí y el ahora"?