domingo, 10 de mayo de 2009

3-6 0-6 y 6-3 6-1 Las dos caras de la moneda

Comento aquí dos partidos. Exactamente iguales, pero diametralmente opuestos. El primero perdido contundentemente. El segundo ganado de la misma forma. Con muy poca historia los dos partidos, en dónde la superioridad de un rival sobre otro es la nota dominante. Lo que realmente me parece interesante es esta especie de dualidad blanco y negro que muchas veces aparece en la pista.

Un día te levantas de la cama y todo parece rodado. Otro día todo lo contrario, el universo parece conspirar contra uno. Leyes de Murphy y supersticiones al margen, es un hecho constatado por tenistas aficionados que un día te entra todo y otro día no te sale nada. Se pueden buscar explicaciones al estilo "Spock", interpretaciones freudianas, o seguir rigurosamente paso a paso el método científico, pero creo a mi modesto entender que los tiros van por otro lado.

Recomiendo leer el artículo de Manolo Santana sobre Nadal http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2009/05/07/tenis/1241725751.html que me recomendó mi primer y único amor responsable que ha sido Marta para mi. En uno de los párrafos se dice lo siguiente: "El aficionado a un deporte tan individualista (el más individualista por definición, como el tenis) es un entusiasta del combate. Se trata de algo psicológico muy ligado al sentimiento competitivo. No conozco a un verdadero amante del tenis que no sea un luchador en su vida privada."

Lo primero que me gustaría decir es que también hay otros deportes individualistas, léase golf, gimnasia, atletismo, etc. ¿El más individualista por definición? Me parece un poco excesivo. Pero bueno, el tema que quiero plantear es otro. El tema es que si por definición un aficionado al tenis es un luchador en su vida privada. Y por lo que he visto, he sentido y conozco, creo que me siento completamente identificado con esas palabras, con ese sentimiento.

Se me vienen a la cabeza dos películas hablando de este tema. Una es la trilogía del señor de los anillos y concretamente la tercera entrega, El Retorno del Rey. La otra, una película bastante reciente, El Luchador (The Wrestle). Me aventuraría a predecir que a cualquier aficionado que sienta pasión por el deporte del tenis, sentirá cierta transferencia emocional con estas dos películas. La trilogía del Señor de los anillos, y concretamente la tercera entrega, suelo verla cuando estoy muy tocado. Por muchas veces que la veas, sientes ese sentimiento que todo se termina, pero de lo más profundo de uno mismo, surge esas irracionales ganas de luchar. Aunque todos, y no hay nadie que se libre, ni siquiera Frodo Bolsom, cometemos errores miserables. Sin embargo esos errores forman parte intrínseca de esa lucha sicológica con uno mismo, y al final te lleva inexorablemente a tu objetivo. En la peli "El luchador" ese objetivo se convierte en cruel. Cruel con uno mismo. Porque se es fiel con uno mismo y con su lucha hasta el final. Honesto consigo mismo, el luchador paga un precio.

Nadal paga el precio de ser tan bueno.
Frodo paga el precio de su generosidad.
El luchador paga el precio del camino que ha elegido.

El apasionado del tenis paga el precio por su pasión. Su frustración. Y esa fustración revierte de nuevo en su pasión, como en un ciclo sin fin. Y puedo decir que esto lo veo desde mis sobrinos de 4 y 7 años que juego con ellos al tenis hasta en el número uno del mundo del ranking de tenis masculino, que no deja de decir que tiene que mejorar esto o lo otro.

Me gustaría que opinarais sobre esto. Escribid algún comentario, aunque sólo sean un par de líneas en el blog. Quiero saber lo que sentís con vuestros ojos al leer estas palabras. En noche de luz de luna, noche de pasión. Noche de abrazos perdidos. Noche de agujeros negros que te transportan a pasados que creías olvidados.

Gracias por leerme.
Gracias por sentirme.
I keep on fighting

2 comentarios:

Nacho dijo...

He aterrizado por casualidad en tu blog. Leo esta entrada de hace más de un año. Ya no sé si sigues atento a él o lo has abandonado temporal o definitivamente. Así que este comentario es casi más para mí mismo que para nadie.
Adoro el tenis. Es con diferencia lo que más me gusta y más me divierte en mi vida. Adoro leer sobre tenis, hablar sobre tenis y, por encima de todo, jugar al tenis. Como en aquel viejo chiste, me encanta jugar al tenis y perder, ... ganar ya tiene que ser la hostia.
He leído la mayoría de las entradas de tu post y deduzco que andamos a la par en pasión por este deporte. Pero percibo en tu forma de vivir el tenis una vehemencia a la hora de competir que yo no tengo y que intento evitar.
Hace poco leí que los tenistas se parecen a los antiguos gladiadores. Solos en la arena en un duelo en el que sólo uno de ellos puede ganar. El guerrero/tenista que teme demasiado la derrota estará agarrotado por el miedo y caerá inexorablemente en la lucha. El guerrero que confía en exceso en la victoria caerá igualmente fruto de su orgullo. El gran guerrero acepta que la derrota, la muerte es una posibilidad real de la lucha y la acepta como tal. Como los vikingos, se prepara para sentarse a la mesa de Odin, pero tras aceptar ese pensamiento lo aleja de su mente para centrarse únicamente en derrotar al enemigo con toda la fuerza de su brazo y de su mente libre de pensamientos y sentimientos.
Para mí, el tenista debe entrar a la pista aceptando la derrota como algo real, algo que se puede dar y que en el caso que se dé no cambiará su juego. Debe entrar a la pista sin miedo, porque el miedo es nuestro enemigo. El miedo a qué me dirán mis amigos si pierdo este partido, qué pensará mi rival de mí después de haber fallado tantas bolas fáciles.
¿No os ha ocurrido que cuando os enfrentáis a un jugador netamente superior es cuando menos fallos cometéis? Yo creo que es porque contra ese jugador que siempre nos gana 6/1 6/0 estamos relajados. No nos preocupamos del marcador porque ya sabemos cuál va a ser. Intentamos "estar a la altura", soltar el brazo, jugar lo mejor que sabemos. ¿Por qué cuando jugamos contra un jugador al que ya hemos ganado nos agarrotamos?
Yo suelo decir que el tenis es un deporte en el que "el que piensa, pierde". Durante un partido sólo hay que pensar mínimamente entre punto y punto. Y en el momento en que cogemos la bola para sacar o lo hace el rival pensar únicamente en la bola. Como si fuese el péndulo con el que nos quieren hipnotizar.
Intentar meter winners desde el fondo de la pista es para los profesionales. Los aficionados lo que debemos hacer desde el fondo de la pista es mandar una bola a media altura con algo de peso y siempre cruzada o al revés del contrario. Los winners se hacen en la volea o el remate, se puede intentar alguno cuando nos queda una bola a media pista facilona. Aunque ante esas bolas yo prefiero darle una buena carga de liftado y abrir ángulo esperando que mi rival llegue forzado y me conceda una volea relativamente fácil.
El tenis es un deporte de paciencia, de piernas y de mirar la bola. Y sobre todo ¡de no fallar!
Saludos.

Unknown dijo...

Hoy he llegado al blog por casualidad, buscando mas información acerca del libro "The Inner Game of Tennis" y he leido algunos posts muy buenos, en especial el "3-6 0-6 ... Las 2 caras de la moneda", buen paralelismo entre el tenis y la característica de luchador.
Sufro una profunda frustración cuando pierdo partidos por errores propios (el rival no gana sino que yo pierdo el partido) y recientemente perdí en semifinales de un torneo por este motivo (por eso estoy buscando el libro "The inner...")
Creo visitare tu blog mas seguido, felicitaciones y gracias

saludos,
LCR.