sábado, 14 de febrero de 2009

En una galaxia muy muy lejana había algo más que tenis

Permitidme salir un poco del tenis para comentar lo que supongo que es la ilusión de cualquier niño que haya nacido rondando los años 70. ¿Cuál puede ser? ¿Quien se resistiría a poder en ver en persona aquello que se vió una y otra vez, que se soñó más y más veces, y que se imaginó infinitas veces? ¿Cómo resistirse a encontrarse uno mismo con su lado oscuro? Adentrarse lleno de temores e inseguridades en la cueva húmeda, tenebrosa, quizás incluso algo nostalgica para encontrarse con el mismísimo Darth Vader. Sí, es cierto, esta tarde he estado frente a frente con el mismísimo malo malísimo. Aquel que en su día pronunció la mítica frase: "Yo soy tu padre". La búsqueda de la verdad, y la dureza de la realidad. Cara a cara. Esta tarde, he estado con mis sobrinos y su prima Marietta en la exposición de "La guerra de las Galaxias" o como nos intentan inculcar los americanos "Star Wars", que realmente sería la "Guerra de las Estrellas". Como se entere el maestro Carl Sagan de el elemento que ha traducido star por galaxia estoy absolutamente seguro que sería la primera vez en la historia de la humanidad que un muerto le pega unas collejas en toda regla al tolai de turno que hizo la traducción. Pasemos de la ficción a la realidad. Curioso este asunto. Veo una película de pequeño, hasta tres veces, con 6-7 años. Y ahora, 30 años después, tienes delante de ti aquello que tu mente tenía idealizado, tenía soñado mil y una veces. Te bajas de la alfombra mágica a la tierra. Y allí está, en un negro reluciente, impoluto, funerario. Plasmado tus miedos en la imaginación del creador del merchadising hollywoodiense por excelencia. El Sr. Lucas. El miedo que te paraliza y te fascina al mismo tiempo. La ilusión del miedo y la realidad fundidos en negro azabache. Esperando que te ataque con su sable láser rojo. Pero el miedo vive encerrado en una vitrina, que la transpasa cuando menos te lo esperas. Que aparece en el momento más inesperado. ¿Qué es si no el señor del lado oscuro más que la representación de nuestra muerte, de nuestro hulk interior, de nuestra propia destrucción? Le miras a los ojos, y si miras bien, lo que ves es el propio reflejo de ti mismo. Uno mismo está en esta exposición. Y los infinitos yoes que uno tiene aparecen una y otra vez al ver con tus propios ojos aquello que viste cientos de veces en el cine o la televisión. La moto jet del retorno del jedi en tamaño real, desafiando las leyes de la gravedad, con sus rayones e imperfecciones sobre las placas de metal forjado. Cómo recien salida del mísmisimo Bosque de Endor. Esperando que te subas a ella, para pisar el pedal y salir dispadaro entre esos magestuosos árboles. Qué decir del soldado rojo imperial, que no dice ni una palabra, y que su sóla imagen evoca miles de palabras en alguna galaxia, postrado con elegancia siendo testigo de la invulnerabilidad de un Vader al que cualquiera teme. O la desfachatez y el desparpajo de un Boba Feet que parece no importarle de que va el rollo y va a lo suyo. Con su propia personalidad, con su camino, sin pisar, siempre buscando, cazando a nuevas presas, como cazarecompensas que es. Magnificos momentos, momentos para saborear, para mirar el reloj cada segundo y no dejar de decirte, disfrútalo. Sin embargo eso te lleva a querer más y más. Y te preguntas, ¿y dónde está Luke Skywalker? ¿Y Han Sólo? ¿Y Obi-Wan? ¿Y el Halcón Milenario? ¿Y el X-Wing? ¿Y los moradores de las arenas? ¿Y la infinidad de moustruos y robots de la primera película? ¿Y el destructor imperial? Y claro, empiezas a pisar el suelo y se te empiezan a caer los sueños al ras del mismísimo suelo. Y acabas en una sala llena de X-Boxes 360 con el consiguiente juego de marras. Y sigues y terminas en una tienda llena de muñecos, maquetas, posters en los que pones precio a la ilusión que han creado en ti. Pero los que crecimos entre guerras de estrellas sabemos que eso no se compra. No se compra Sr. Lucas, porque no tiene precio.
Por cierto, me costó cero euros la entrada, jaja. ¿El poder de la fuerza?

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